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Aguiar   Alcáçovas   Viana do Alentejo Geral

FECHA
1848-1979

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Instituto
Fátima Farrica - 2014

TEXTO
Fátima Farrica - 2015

Instituto de Piedad y Beneficencia (hoy hogar de la Casa Pia)



Institución de asistencia fundada por testamento del Padre António da Cruz, en 1848, empezó a funcionar más plenamente en 1853, teniendo como sede el inmueble que era la morada del propio testador, situada en la entonces llamada calle dos Carreteiros, hoy calle Luís António da Cruz. El edificio, de grandes dimensiones, es atribuido por Túlio Espanca al último tercio del siglo XVIII. Resultara de la junción de dos predios que comunicaban entre sí en el interior y estaban divididos por muro en el patio, donde existía un pozo común a las dos propiedades. En uno de ellos estaba la capilla de Nossa Senhora da Conceição, que aún hoy existe. En 1852, el predio con la capilla fue evaluado en 800.000 réis y el otro, contiguo, en 504.000 réis.
En el testamento, datado de 16 de Setiembre de 1848, Padre Cruz dejó una pequeña parte de lo que tenía a personas particulares con quien mantenía relaciones más estrechas y destinó la gran parte de su patrimonio para fines de beneficencia.
Entre las innúmeras cláusulas del testamento se destacan las siguientes deliberaciones: la construcción de una capilla dedicada al Santísimo Sacramento en la Matriz de Viana (hoy inexistente), para la cual hace la donación de dos mil cruzados, así como de platas para la ejecución de una píxide y otras piezas; la institución de una capilla para misa cotidiana; la venida de cuatro hermanas de caridad – para las cuales deja un fondo de doce mil cruzados para dar-se con interés, bien como toda la ropa blanca, frazadas y muebles, loza, piezas de alambre y estaño – para que estableciesen un hospicio en la casa de su residencia para alivio de los males de los enfermos, y que debían también enseñar a leer y a escribir a las niñas; el estabelecimiento de un montepío a quien destina todo el oro que restar sin haber sido donado a nadie, el dinero que existir, además de lo que tiene aplicado, y el que resultar de la venta del gado, de géneros, de una prensa de aceite y el lucro de la venta de un piano. Además, como todas las propiedades distribuidas por distintos herederos fueron legadas solamente para disfrute en vida de los testados, reverterían para el montepío a la muerte de cada uno de los herederos. Así, con sus rendimientos, el montepío prestaría dinero a juros mediante garantías seguras. Sin embargo, el montepío tenía de, todos los años, en Jueves Santo,  vestir y calzar dieciocho pobres escogidos de entre los de la feligresía, que deberían ser preferidos a los de fuera. Serian, así, ayudados seis hombres y seis mujeres y seis niños o niñas, de forma que si no repitiesen las mismas personas, sino pasados tres años. De la misma forma deberían ser beneficiados los expuestos de la feligresía hasta los siete años de edad. Del producto del montepío deberían ser aplicadas todos los años diez monedas para la cera de la capilla del Santísimo Sacramento y para una fiesta en su honor.
De referir que no existe en el testamento ninguna referencia a un Instituto de Piedad y Beneficencia. La iniciativa de establecer-lo habrá sido tomada después como forma de juntar las instituciones que el Padre deseaba que fuesen creadas.
Documento esclarecedor sobre la orgánica del Instituto de Piedad y Beneficencia es su regulación, datada de 1852 y que se divide en seis capítulos. El primero se refiere a la administración del Instituto; el segundo al hospicio de las hermanas de caridad; el tercero a las escuelas (una guardería para niños de los dos sexos y una escuela primaria para niñas); el cuarto a la capilla; el quinto al montepío; y el sexto a los predios que revierten al fondo total del Instituto. Las reglas previstas en la regulación son, en gran parte, disposiciones tomadas por el Padre en su testamento, siendo después acrecidas algunas obligaciones más. Interesa, todavía, mencionar algunos aspectos para mejor comprender las actividades desenrolladas por la institución.
Las hermanas de caridad entraron al servicio de la institución el 16 de Juño de 1853 y eran provenientes de la Congregación de São Vicente de Paula del Colegio de Lisboa. Todavía, la acción de esta vertiente del Instituto es muy poco conocida. Sabemos solamente, por la documentación del hospicio, que hacia la distribución de alimentos por los enfermos y pobres, que los recibían en su domicilio, y que los géneros distribuidos eran carne de carnero, tocino, arroz y pan.
Las monjas vigilaban los niños de los dos sexos, con edades entre los 3 y los 6 años, mientras sus padres iban para el trabajo en el campo, y enseñaban las niñas con más de 6 años, que aprendían a leer, escribir, contar, religión cristiana y hacían “trabajos de aguja”. Pero sabemos que, más tarde, la escuela se dividía también en enseño primario y enseño secundario y era dirigida a alumnos de los dos sexos. Era una escuela gratuita y que daba alimentación a los alumnos. En el caso de las niñas, y para el año de 1882, existe esa información. Recibirían por lo menos una comida, pero quizá no todas las alumnas tendrían ese derecho.
Sin embargo, a partir de 1862 deja de existir referencia en la documentación de que las monjas estuvieran encargadas de las clases de las niñas. Quizá tengan dejado de asegurar su enseñanza. 
Las áreas impartidas y evaluadas, aún en el siglo XIX y, eventualmente, en el principio del siglo XX, eran: Aplicación, Doctrina Cristiana, Lectura, Aritmética, Escrita, Costura y Bordados. Como se verifica, una gran componente de preparación para la vida domestica. 
Entre 1896 y 1909 se registra la existencia de un profesor de Letras, un profesor de Matemática y un profesor de Ciencias, que darían las clases de instrucción secundaria o instrucción del liceo. Probablemente existirían profesores de otras disciplinas, pero tal referencia no ha sido encontrada. Entre 1863 y 1907, los alumnos se podían matricular en cursos de francés, portugués o latín, que exigirían el dominio de estas lenguas, pero esas clases eran dadas por el capellán. Este también tenía que decir misa cuotidiana en la capilla de la antigua casa del Padre Cruz y dirigía las clases para niños con más de 6 años, a quien eran impartidas conjuntamente clases de Religión y Moral. Esta escuela para niños no es referenciada en el testamento del padre, ni tampoco la enseñanza hace parte, en ese documento, de las obligaciones del capellán. Esta función habrá sido atribuida a él por los albaceas y administradores del Instituto.
En relación al dinero, dado con interés de los cofres del Instituto, se verifica que el área geográfica del alcance de la institución se extendía a lugares como Aguiar, Alcáçovas, Vila Nova da Baronia, Alvito, Cuba, Mourão y Évora.
El vestuario distribuido a los pobres iba hasta el más mínimo detalle con la asignación de sombreros, calcetines y bufandas. Incluso había la preocupación de que el vestuario y el calzado fuesen dados por talla adecuada a cada persona y, si no quedasen satisfechas, deberían reclamar que las piezas fuesen cambiadas. Son miles los requerimientos de personas que, durante décadas, han solicitado apoyo a la institución para que fueren beneficiados el Jueves Santo, alegando pobreza, desempleo, viudez o familia extensa. El vestuario y el calzado para los pobres eran subastados a quien providenciase estos productos a menor precio.
La capilla del Santísimo Sacramento fue concluida en 1851 y la primera fiesta del Santísimo ocurrió el 8 de diciembre del mismo año. Sin embargo, fue demolida en 1942 por orden de la Dirección General de Edificios y Monumentos Nacionales.
El 27 de Septiembre de 1859 fueron transferidos los huesos del Padre Luís António da Cruz del cementerio del pueblo para un mausoleo en la iglesia Matriz de Viana, donde permanecen hasta hoy.
También en la parcelación de tierras en Viana tuvo influencia el Instituto de Piedad y Beneficencia. En 1881 se hizo la división en tierras de cultivo de la Hacienda de Montinho do Palanque, que pasara a pertenecer al Instituto por fallecimiento del usufructuario Francisco Barata; y en 1892 fue la vez de la Hacienda de Cega Gatos, que habría pertenecido a Domingos José Fialho. Más tarde, esta institución contribuye para la división de la propiedad con la Hacienda de Famais, en 1920, y con la Hacienda de los Marmelos, en 1924.
Por orden del Ministerio de Asuntos Sociales del 6 de enero de 1979, publicada en el Diario del Gobierno, el Instituto de la Piedad y Beneficencia se extinguió y fue integrado con todos sus bienes y valores en la Santa Casa de la Misericordia de Viana do Alentejo. Por lo tanto, en la antigua casa del Padre Luís António da Cruz, después sede del Instituto de Piedad y Beneficencia, funciona hoy en día uno de los hogares de la Santa Casa de la Misericordia, comúnmente conocido como el hogar de la "Casa Pia".
 

REFERENCIAS
ESPANCA, Túlio, Inventário Artístico de Portugal: Distrito de Évora: Concelhos de Alandroal, Borba, Mourão, Portel, Redondo, Reguengos de Monsaraz, Viana do Alentejo e Vila Viçosa, Lisboa, Academia Nacional de Belas-Artes, 1978,Tomo IX, Vol. 1.
FARRICA, Fátima, No Espaço e no Tempo: Contributos para a História das Instituições de Viana do Alentejo (Séculos XIV-XX), Casal de Cambra, Caleidiscópio, 2015.

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