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Aguiar   Alcáçovas   Viana do Alentejo Geral

FECHA
Siglo  XVI

FOTOGRAFÍA
Fátima Farrica - 2016

TEXTO
Fátima Farrica - 2015

Picota


 

La picota fue uno de los símbolos del poder local en el pasado, junto con el Ayuntamiento y la cárcel. Por lo tanto, se encontraba en las inmediaciones del Palacio del Ayuntamiento. Consistía en un pilar en piedra de valor artístico variable, que se dividía en tres partes principales: la base, columna y remate. No se sabe el sitio original donde estaba la picota de Viana, pero habrá estado en algún lugar de la zona del castillo y/o de la plaza, ya que estos eran los dos lugares en los que el Ayuntamiento funcionó hasta el siglo XX. La picota de Viana, que algunos autores consideran parecerse con la de Estremoz, tiene base en forma de cubo, de faces acolchadas y fuste con dos registros verticales separados por un cordón, y el inferior es liso y el registro superior de ondulado torcido. Aunque mutilado, careciendo de la parte superior, su aspecto haz con que se date del siglo XVI. Fue construido en piedra mármol, tal vez en el momento en que el rey D. Manuel I concedió al pueblo la Carta de Leitura Nova (1516), y tiene un diámetro mayor que la media de la mayoría de las picotas del mismo tipo y de la misma época. Sin embargo, Francisco Baião afirma que la picota de Viana, tal como sucedió con otras en el país, se habrá fabricado a partir de la reutilización de un pilar preexistente de la Época Romana, tal vez del siglo IV o V, y que puede ser oriundo de una construcción de la zona del santuario de Nuestra Señora de Aires, donde se hallan vestigios de la misma época. Completo debería alcanzar aproximadamente 4,5 m de altura y aproximadamente 0,5 m de ancho.
Las picotas eran símbolos de poder municipal porque estaban asociados a la aplicación de justicia, una de las tareas de los ayuntamientos hasta el siglo XIX. Además de servir para la colocación de los avisos del ayuntamiento, sus funciones eran la exposición de los criminales a la vergüenza pública o al castigo corporal. Por lo tanto, tenían hierros y anillas donde los criminales eran prendidos, quedando sujetos al escarnio o indignación de la población; o podrían ser azotados o amputados, en caso de delitos más graves. A menudo, los criminales eran expuestos o castigados en las picotas antes de siguieren para la horca - que Viana también tuvo - para les ser aplicada la pena de muerte.
Representaban, así, el poder absoluto del Antiguo Régimen, es decir, la ausencia de una división tripartita del poder (legislativo, ejecutivo y judicial) que duró hasta el siglo XIX, pero que se tornó efectivo después de la implantación del Liberalismo en 1820, con el poder judicial siendo entregado a los tribunales, órganos específicos con el poder de juzgar y aplicar la justicia. Por lo tanto, el revolucionario cambio de régimen político ocurrido a principios del siglo XIX, que hizo abolir el Absolutismo y implantar el Liberalismo, ha llevado a la demolición de las picotas por los liberales en muchas partes del país, especialmente a partir de 1834. Tal vez la picota Viana haya sido desmontada en ese momento o antes. En 1780 estaba todavía en pie, siendo que Francisco Baião apunta como hipótesis que, desde esa fecha hasta el final del siglo XIX, puede haber sido remodelada y su remate integrado en el campanario del monasterio de Bom Jesus, que sufrió obras de conservación en esa misma época. Esta deducción se hace atendiendo a que se halla en el campanario una pieza de mármol de diámetro igual a de la columna de la picota; y la similitud del artefacto con los remates de varias picotas portuguesas de la misma época. El mismo autor señala, también, la hipótesis de que los cuatro hierros ornamentales existentes en una ventana de una casa del siglo XVII en la calle Teófilo Braga, dos de ellos en forma de serpiente, pueden ser resultado de la reutilización o copia de los hierros de la picota.
A partir de 1870 y hasta 1980, sirvió de columna de soporte del tejado de un porche en el matadero municipal. Más tarde quedó desmantelado en la plaza del Castillo, habiendo-se luego llevado al astillero municipal y, después, ya en 2003, a la Oficina de Turismo (en la plaza de la República), donde fue montado y puesto en exhibición.
Las picotas, así como otros pequeños monumentos y vestigios del pasado, pueden pasar desapercibidos, pero son más un patrimonio a preservar. En este caso, un testigo de las formas de la aplicación de justicia desde la Edad Media hasta el siglo XIX.

Protección: Edificio de Interés Público, Decreto n.º 23 122, DG, 1.ª série, 231 de 11 Outubro 1933.


REFERENCIAS
BAIÃO, Francisco, O Pelourinho de Viana do Alentejo: propostas para a sua reconstrução, 2003 (catálogo de exposição realizada no posto de turismo de Viana do Alentejo em Setembro de 2003).
http://www.patrimoniocultural.pt/
http://www.monumentos.pt

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